martes, 19 de abril de 2016

DÍA CHANCACA

Así como la gotita que cayó en la ventana de la Gloria Benavides, una pequeña nube me trajo el recuerdo de aquél día lluvioso en que quise sorprender a mi marido con sopaipillas pasadas.

Estuve tres días planeando el banquete. Compré cada cosa muy organizadamente según sus características perecederas. De este modo me hice de  zapallo,  manteca,  chancaca,  maicena, etc.

Con mucho entusiasmo busqué recetas entre clientas y almaceneros de la cuadra, entre  las revistas viejas,  innumerables recortes de revistas  y todos los reversos de etiquetas,  que se han encontrado de paso por mi vida,  hasta que encontré una muy  buena en que, por lo menos,  sus ingredientes fueron reconocidos por mi escasa experiencia culinaria y cuya preparación no requería de aparatos sofisticados, tales como pesas de exactitud, hornos con medidores de temperatura o cocinas de espacios kilométricos.


Según las medidas de los componentes, sólo me estaban faltando unas varias porciones de manteca, así que el mismísimo día lluvioso, obviamente bajo la lluvia, procedí a la búsqueda de tan necesario elemento.

             
Todo cerrado. Algo me indicaba que no debía hacer dicha compra, pero como buena  analfabeta de intuición fui  porfiada y recorrí y recorrí un barrio aún inexplorado, hasta encontrar lo buscado. Corrí a la casa donde se cocinaba el zapallo en mi peligrosa ausencia y me dispuse a ensuciar el libro de recetas mientras practicaba la magia gastronómica.

Hallando que 4 docenas de sopaipillas eran demasiadas para nosotros dos solitos, decidí rebajar los ingredientes a la mitad.  Sin embargo, a la hora de los descuentos olvidé la parte mantecosa. Al principio no me di cuenta, pero mientras amasaba notaba demasiado-demasiado un no sé qué. Vamos echándole harina, vamos friendo. Las sacaba de la sartén y se desmoronaban como tortitas de arena. Me dije: “las paso por la chancaca y pasan piola”. Porque la salsa aquella, sí que me quedó muy buena!

Menos mal, que como siempre, sin proponérmelo estaba preparada para la adversidad y cuando llegó la hora de la verdad, me atreví a sacrificar y poner a prueba la honestidad de mi amado esposo. Era una mazamorra asquerosa que él sólo atinó a describir, para no decirme lo innegable.

Como lo quiero tanto, no fui capaz de aceptar que probara un segundo bocado y le retiré el plato. “no te preocupes”, le dije, (igual un poco achaplinada) “mañana puedo hacer otra cosa con esto mismo”. No quise forzarlo a mentirme. ¡Pobrecito! Pero estuvo a punto...

Y probablemente para no caer en tentación, toda esa semana  estuvo llegando excesivamente tarde como para comer. Pero mi propósito inicial, de  sorprenderlo con sopaipillas en un día lluvioso, lo logré de todas maneras...  Y con las sobras hice una torta de miedo… ¡A la que le hizo rechupete!  

5 de junio 2003

GLOSARIO

1.        Gloria Benavides: cantante popular chilena, de la década de los 60. Actual comediante del programa de Don Francisco en Miami, llamada La Cuatro. Tenía una canción nostálgica llamada “la gotita”, que trataba de una adolescente que se quedaría sin salir con su novio, al prever que una gotita de lluvia en su ventana anunciaba una lluvia de padre y señor mío.  Y esta canción decía así...  “era una gotita... “ (¡Jajaja!)
2.           zapallo: calabaza, como aquella de la carroza de la Cenicienta
3.           manteca: grasa de animal (irracional)
4.           chancaca: azúcar sin refinar prensada.
5.           maicena: fina harina de maíz
6.           cuadra: manzana o cuadrante separado por calles.
7.           “Aim zinging...”: cantando bajo la lluvia en “inglés”
8.           barrio: sector cercano a la casa de uno.
9.           sopaipillas: masa frita, plana y redonda, hecha con harina de trigo y zapallo, que se sirve con el té, cubierta de salsa dulce, ketchup, mostaza o secas.
10.       tortitas: pasteles
11.       pasar piola: pasar inadvertida
12.       salsa: agregado semilíquido que acompaña algo no muy atractivo (si no, para qué el maquillaje...)
13.       mazamorra: según el contexto, una porquería.
14.       achaplinada: viene de Chaplín y significa íntimamente frustrada
15.       torta: pastel como el de bodas o cumpleaños.
16.       rechupete: disfrutar un comestible hasta llegar a chuparse los dedos.


Primavera Silva Monge

5 de junio 2003